Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Sin salir de casa, uno puede conocer el mundo, pero sin salir al mundo, uno no puede conocer su casa (José Luis García Martín) Mateo Maté ha concebido una obra expresamente para el espacio expositivo de la Abadía de Santo Domingo de Silos. El artista madrileño ha viajado hasta el monasterio burgalés en varias ocasiones para tomar contacto con sus habitantes, los monjes, y acabar de definir este proyecto. La instalación Universo personal que presenta Maté tiene que ver con la concepción personal, mística, que los religiosos tienen del universo-su universo, una visión anterior a las teorías de Galileo. Con la contemplación de esta obra se establece -a decir de uno de los monjes de esta comunidad, Víctor Márquez-, una especie de 'dialéctica entre el ancho mundo y ese otro mundo que, contraído, explora el espíritu de la lentitud'. Para hacernos partícipes de ello, el artista utiliza imágenes que recuerdan a las de películas de ciencia-ficción que todos conocemos (La Guerra de las Galaxias o Mars Attacks!) e invita al espectador a contemplar un viaje espacial a través de las imágenes que graba una cámara en su recorrido por la sala expositiva. En tiempo real, la proyección recoge el viaje intergaláctico. Los objetos que se encuentran colgados del techo son simples, humildes, cotidianos, de los que los monjes utilizan a diario: una cama, una sandalia, unas gafas, un misal, cubiertos, una silla, una jarra... La cámara permite al espectador realizar un recorrido 'interplanetario' entre los objetos y, como en las películas de ciencia-ficción, 'pasea entre las naves' (los objetos). Este viaje galáctico es el viaje a través del mundo de los monjes, un mundo austero, a la vez que infinito. El montaje permite al visitante sentirse dentro de una nave para acercarse a las piezas, viajar entre unas y otras, observar cómo flotan... 'La auténtica identidad de estos objetos -explica Lynne Cooke-, según van apareciendo y desapareciendo silenciosamente en este reino ilusorio y misterioso, tiene poca importancia, como si fueran únicamente medios y métodos para la meditación'. En un tiempo tan convulso como el que vivimos, los monjes permanecen en su mundo, no necesitan mucho, es su pequeño universo y dentro de su austeridad, del voto de clausura, de silencio, conocen el universo a través de su habitación y de los libros. El proceso es similar al de un ermitaño que sabe lo que hay fuera sin salir de su habitación. Sin la ambigua experiencia de lo grande, difícilmente se puede gozar por contrapartida de lo pequeño. 'También lo grande se vuelve pequeño para el monje benedictino, que recibe en su regla el consejo de tratar todos los objetos del monasterio como si fuesen vasos sagrados del altar', reflexiona el padre Víctor Márquez, uno de los habitantes de la Abadía. Los simples objetos que penden de un hilo son sus estrellas, sus naves, con lo que se relacionan; y cada uno de ellos es una pequeña metáfora personal. La comisaria de la muestra, Lynne Cooke, opina que Universo Personal 'se contrapone de alguna manera al trabajo realizado por el artista en la última década' y explica que ello se debe a una serie de circunstancias. Ha sido concebida para una localización específica, un monasterio del siglo IX, situado en un entorno rural escasamente poblado, que acoge unos treinta monjes, de diferentes generaciones. Dedicados a la plegaria, el trabajo, el estudio, el ocio y el descanso, su ciclo de quehacer diario, estrictamente ordenado, fue decretado siglos atrás; las nociones cíclicas del tiempo gobiernan sus vidas en lo mental y en lo físico. A pesar de ello, los monjes viven en un mundo que les permite tener acceso a las nuevas tecnologías para investigar, o se ponen en manos de la medicina moderna cuando están enfermos. 'La cautivadora imagen que Maté ha creado', explica la comisaria, 'apela a una dialéctica entre lo espiritual y lo material con la que los miembros de esa comunidad eclesiástica construyen su mundo. Al mismo tiempo, mediante el intercambio entre lo psicológico y lo fenomenológico, evoca los modos en los que también nosotros construimos nuestros universos'. Apuntes biográficos El artista Mateo Maté (Madrid, 1964) vive y trabaja en la capital de España. Ha participado en numerosas exposiciones colectivas y, desde 1990, en varias individuales: Viajo para conocer mi geografía se pudo ver en Matadero en 2010. Este mismo año presentó UCI. Unidad de Cuidados Intensivos en el Círculo de Bellas Artes. En 2011, el Museo Siqueiros de México acogió su muestra Área restringida y La Gallera de Valencia Actos heroicos. Su obra forma parte de diferentes colecciones: MUSAC, Museo Patio Herreriano, ARTIUM o Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Mateo Maté ha concebido una obra expresamente para el espacio expositivo del monasterio. El artista madrileño ha viajado hasta la abadía burgalesa en varias ocasiones para tomar contacto con sus habitantes, monjes, y así definir el proyecto. La instalación que presenta Maté tiene que ver con la concepción personal, mística, que los religiosos tienen del universo-su universo, una visión anterior a las teorías de Galileo. Con la contemplación de esta obra se establece -a decir de uno de los monjes de esta comunidad, Víctor Márquez- una especie de dialéctica entre el ancho mundo y ese otro mundo que, contraído, explora el espíritu de la lentitud . Para hacernos partícipes de ello, el artista utiliza imágenes que recuerdan a las de películas de ciencia-ficción que todos conocemos (La Guerra de las Galaxias o Mars Attacks!) e invita al espectador a contemplar un viaje espacial a través de lo que va grabando una cámara que recoge lo que contiene la sala expositiva. Con la colaboración de la Cámara de Comercio e Industria de Burgos.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España