Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Que la historia se repite parece ser según muchos, una constante en el desarrollo de la humanidad. Esta idea del eterno retorno, tantas veces revisada y actualizada desde la antigüedad, toma lo cíclico y la atemporalidad como base para la comprensión de las diferentes etapas por las que ha pasado, pasa y pasará la sociedad, y se convierte aquí, con ciertos matices y cargado de una fuerte densidad conceptual, en el bajo continuo que acompaña el nuevo proyecto de Miguel Aguirre (Lima, 1973). Otoño, verano, invierno, título de la exposición, aporta una inusual -y enriquecedora- clave de lectura para lo que ha venido a denominarse primavera árabe, en la que las redes sociales y las nuevas tecnologías han tenido un valor determinante, y que ha contribuido a reavivar el debate en torno a los sistemas oligárquicos de poder así como a las relaciones entre Oriente Medio y Occidente o religión y laicismo. Debido a la fuerte contemporaneidad de estos hechos y a su complejidad para ser analizados con cierta objetividad crítica a través de las imágenes captadas por los mass media y sus mismos protagonistas, Miguel Aguirre retomando esta idea de lo cíclico, propone tres obras del cine que relatan hechos producidos en países árabes en momentos históricos diferentes. Reproduce con su pintura algunas de sus escenas, extrapolándolas de su contexto (fílmico e histórico) y las ofrece como metáfora de las revueltas actuales, como texto a resignificar por el espectador de una forma universal, lejos del posicionamiento histórico y subjetivo del director que además, paradójicamente, en cada filme es de nacionalidad no árabe, y lejos muchas veces también de su espacio físico original, Uzbequistán o Francia son los escenarios para el rodaje y no siempre Oriente Medio. Las películas con las que trabaja son: La Batalla de Argel de Gillo Pontecorvo (1966), Faraón de Jerzy Kawalerowicz ( 1966) y El asunto Ben Barka de Le Péron y Saïd Smihi (2005). Hay otro punto que enfatizar, la importancia que Aguirre otorga no sólo a las escenas rodadas, sino también al making off, al equipo de grabación, a aquel grupo de personas que se sitúa al otro lado de la acción y que formaliza su realidad, y que a través de la cámara, de las lentes, es capaz de recrear un momento histórico determinado. Directores, asistentes y técnicos se muestran en varios lienzos como alter ego de nosotros mismos -audiencia- y de los propios testimonios que con sus dispositivos móviles -y no solo- dejan vestigio de lo que sucede en estas sociedades. Otoño, verano, invierno, es un proyecto rotundo y maduro en el que Aguirre retoma sus continuos juegos de percepción, con los que hace que lo representado pierda su origen primigenio de veracidad, para convertirse en sí mismo y a través de la copia y el simulacro en realidad autónoma, dispuesta a ser analizada y conexionada con y desde el presente. Destaca asimismo su personal visión y rescate del género de la pintura de historia, en la que el servilismo al encargo y a las heroicidades a las que acostumbraba en sus épocas gloriosas, en manos de Miguel Aguirre da paso a una visión crítica y despiadada de lo que acontece, una manifestación no idealizada y abierta a la exégesis de momentos clave de la humanidad. La muestra, compuesta por varios óleos sobre tela y papel, también acoge un soporte nuevo para el artista: el collage sobre papel, pero un collage bien particular, cargado -cómo no- de sentido: a través de la combinación de las variopintas letras provenientes -no casualmente- de los folletos de publicidad gratuita, reconstruye textos de los clásicos de la economía política. Así Locke, Stuart Mill o Hayek se unen en esta sonata anacrónica para abrir -todavía más- el camino a la interpretación del mundo que nos rodea. Miguel Aguirre ha realizado exposiciones en distintos museos, instituciones y galerías de Perú, Brasil, Ecuador, Suiza, Estados Unidos, Holanda, Chile y España. Actualmente su obra puede apreciarse en 'El fin de la historia... y el retorno de la pintura de historia' en el DA2 de Salamanca. Ha obtenido numerosos premios y menciones como el Artes Plásticas de la Fundación Telefónica o el Premio Banco de Crédito de Perú.
Tras tres años desde su primera exposición en la galería Pi lar Serra, Miguel Aguirre presenta Otoño, verano, invierno, proyecto que profundiza en las recientes revueltas árabes a través de un complejo entramado conceptual: pintura de historia, filosofía y economía política, cine y representación se unen en un personal ritual para mostrarnos la otra cara de los acontecimientos, la de su transversalidad y esencia universal.
Creación, 21 nov de 2011
Miguel Aguirre: Las imágenes requieren ser analizadas pictóricamente con distancia emocional
Por ARTEINFORMADO
Miguel Aguirre (Lima, Perú, 1973) vive y trabaja en Barcelona desde finales de 2001. Aguirre expone en estos momentos una serie de pinturas y obras sobre papel relacionadas con las ...
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