Paco Fernández centrado en el paisaje durante sus comienzos pictóricos derivó posteriormente hacia los caminos de la abstracción, siempre sin perder la referencia de los campos y mares que ha revisitado hasta hoy día, momento en donde ha dejado de trascencer la pertenencia a ningún tipo de género; momento en el que ya no es pertinente hablar de abstracción o figuración; sino de representación de una idea o quizá ideal.

En todas las exposiciones que realiza, Paco Fernández tiene la virtud de intruducir al espectador en una serena calma, dentro de un minimalismo sin estridencias, carazterizado por la simpleza, la delicadeza y el uso de materiales sencillos (a veces trabaja sobre materiales reutilizados o sobre objetos encontrados), tratados con una minuciosidad impecable ... que contrasta con un resultado fresco, casi infantil. En esta ocasión su trabajo nos introduce en un viaje en donde el color actúa como el acompañante ideal en los paseos que nos muestra su obra.

Una vez más Paco nos enriquece con una muestra en la que como cita Javier Ávila en el catálogo de su exposición en el Museo Barjola 'Tengo la obligación y la alegría de agradecer a Paco el esfuerzo y, sobre todo, su mirada, su extrañeza, su paciencia y la generosidad de compartir su secreto, de agradecerle sus ganas de vivir'.