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Walk on

Exposición / Espacio MeBAS - Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS) / Rubio, 6 / Santander, Cantabria, España
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Cuándo:
09 jul de 2010 - 19 sep de 2010

Inauguración:
09 jul de 2010

Comisariada por:
Salvador Carretero Rebés

Organizada por:
Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS)

Artistas participantes:
Claire Harvey

       


Descripción de la Exposición

El Museo de Bellas Artes de Santander inaugura un nuevo proyecto expositivo en su EspacioMeBAS, exposición individual dedicada a la joven artista británica Claire Harvey (Londres, 1976), muestra producida por el Ayuntamiento de Santander y la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, bajo el comisariado de Salvador Carretero Rebés. El EspacioMeBAS, estrenado en 2009, está destinado a exposiciones y proyectos expositivos de investigación y ensayo, tanto de arte contemporáneo y actual, también emergente y alternativo, como de arte moderno, proyectos tanto nacionales como internacionales. Este nuevo proyecto expositivo consiste en una intervención llevada a cabo in situ por la artista británica, utilizando retroproyectores

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El proyecto se erige en otro nuevo referente del arte más contemporáneo e internacional de su momento incorporado al Museo de Santander, gracias a esta artista cuya trayectoria ya está consolidada, proyecto que ha sido una verdadera sorpresa para el público, en su planteamiento y desarrollo. Su trabajo se ha adaptado a las características del espacio, constituyendo el propio escenario de su narrativa. La literatura y el cine juegan un papel fundamental en su desarrollo, haciéndose forma paso a paso, abriéndose camino en proyección hacia el muro. Es tambièn el propio visitante el que se incorpora y se proyecta con otra escala de presencia-ausencia. La sorpresa se ha ido acrecentando, por cuanto la artista sabía del interés del Museo de Santander por su trabajo -una de mis obras pertenece a su colección permanente, adquirida por la Consejería de Cultura-, cuya propuesta de exposición le fue trasladada hace ahora más de un año.

 

Ocurre como cuando observamos fotografías antiguas en blanco y negro, que los personajes nos parecen muertos venidos a esta vida, y las situaciones captadas, instantes inconclusos grabados a través de la luz y el tiempo, repletos de misteriosos protagonistas en actitudes y poses para nosotros desconocidas. Y como cuando miramos a través de un vistoso caleidoscopio, girando el aparato y volviéndolo a girar una y otra vez, en busca de infinidad de imágenes siempre diferentes a las anteriores. Son éstas representaciones pictóricas siempre en movimiento congelado (como el de las moléculas de agua a través de un microscopio), que, como los atrayentes microrelatos que la artista británica Claire Harvey elabora generalmente en blanco y negro, abisman al visitante con sus escorzos huidizos y escenografías discontinuas y fragmentadas.

 

Esta artista realiza sus trabajos economizándolos con materiales cotidianos, como post-its, láminas de cristal, celofán, blu-tack, transparencias, diapositivas, cinta adhesiva o arena y sal, entre otros, que sitúa y emplazada con amplio sentido barroco en cada instalación y presentación de su trabajo. Materiales humildes y mínimos, a veces reciclados que junto con la utilización de la imagen proyectada da lugar a una escenografía de luces y sombras cercana a la instalación post-cinematográfica, tanto por la materialidad citada como por los propios temas y representaciones. Estos soportes actuales nos remiten a la vez a un cierto uso y abuso de la cultura popular y de su entramado, a través de un trazo rápido y una ejecución inmediata en el dibujo, así como a la pintura expandida y colonizadora de otros soportes más allá del soporte primigenio elegido.

 

Las pequeñas pegatinas amarillas que inundan nuestros lugares de trabajo y nuestras casas nos recuerdan citas, deberes, tareas que no debemos olvidar en nuestro continuo discurrir por la vida. Harvey comenzó pintando y dibujando sus escenas y personajes en post-it entre los 2003 y 2004 a modo de notas, apuntes de ideas que, a falta de la decisión de llevarlas al lienzo, fue pegando y colocando en las paredes a modo de instalaciones, algunas de las cuales agrupan hasta 300. Los post-it de Harvey son encuadres pictórico-fotográficos de escenas y situaciones, que van más allá de la mera cita pero no dejan que el espectador pueda entrever la totalidad de la escena que se muestra, sino que le invita a intuirla. En ellos descubrimos una cierta estética cercana a los fotogramas del cine negro americano de los años 40 y 50 del pasado siglo, y retrocediendo aún más si cabe, a las primeras imágenes generadas por la camera obscura. Pero estamos en el S. XXI y las potentes imágenes de los post-it de Harvey son un reflejo claro y bastante conciso de la vida que llevamos, de la vida que vivimos. Personajes en general aislados, solitarios, a veces en parejas, melancólicos, que hoy pueden estar aquí y mañana en otro lugar. Personas anónimas en situaciones cotidianas o sin mayor trascendencia, de paseo, leyendo, bebiendo, escuchando música, observando los acontecimientos, buscando algo, mirando al abismo...Pequeñas historias independientes, en fin, que estos post-it reconstruyen de manera discontinua, como a intervalos. Detrás de cada uno de ellos existe una persona y se desarrolla una historia. Cada post-it simboliza, a saber, el afán de etiquetar de nuestra sociedad actual, de rotular las historias personales, de marcar a las personas, a las cosas, a los lugares con etiquetas rápidas, intercambiables y fácilmente reconocibles.

 

En sus instalaciones y muestras Harvey despliega un atrayente e inquietante juego de luces y dobles sombras con el espectador, que si ama el riesgo visual se involucrará vagando cual flaneur entre las envolventes proyecciones de transparencias y cristales al óleo que se proyectan sobre fragmentos de paredes desnudas o sobre pequeños lienzos en blanco, láminas o cristales pintados que la artista despliega a modo de mosaico, viéndose sometido a una fuerte incertidumbre y a una cierta sensación de horro vacui. Una estética nostálgica y emocional de lo mínimo re-presentada de manera primitiva, cual caverna de Platón, dónde las sombras y sus proyecciones nos recuerdan que el arte existe justamente en ese reflejo, en la propia lobreguez de la sombra y su reflejo. Como espectadores somos uno más de esos extraños pero familiares habitantes de su universo-cueva, nos mezclamos con ellos creando sombras, perteneciendo al grupo o comunidad. Como ellos, estamos aquí para ser vistos y expuestos pero también para ser público en la oscuridad. En el interior de una cueva comenzó su andadura eso que denominamos pintura y con ella la cuestión artística de la realidad y su representación, sobre la que Harvey especula. Los primeros pigmentos en la roca fueron amalgamados orgánicamente sobre las rugosidades y formas naturales de las paredes, confiriéndoles más volumen pictórico. Claire Harvey añade tres dimensiones y perspectiva a algunos de sus lienzos y dibujos por medio de materiales adherentes y con vólumen, como blu-tack, cristal, celo, palillos o clavos que componen y construyen la obra de facto y al mismo tiempo generan interesantes mecanismos conceptuales en lo teórico. Ahora, cómo entonces, los materiales son seleccionados siempre en relación a la idea y las sensaciones que se quieren propagar, la dificultad estética y artística estriba en dar con el material adecuado para cada fin. El material base, estructural es el mismo que recibe conceptos y construye significados.

 

El trabajo de Harvey reflexiona sobre la capacidad y el grado de consecución que tienen la pintura y el dibujo para encarnar la realidad, al mismo tiempo que despliega una aguda observación, inmediata, fresca y muy potente sobre las estructuras sociales. Estudiadamente cargada de sutiles simbolismos y referencias a distintas prácticas y códigos artísticos, su obra nos remite a algunos de los planteamientos artísticos desarrollados en el arte de los últimos 30 años, traspasándolos: como las películas de animación mudas de William Kentridge, las proyecciones silenciosas de Claire Harvey nos hacen reflexionar sobre el potente silencio inanimado que recorre la historia de la pintura; como los altares iluminados de Christian Boltanski, las escenografías de Claire Harvey recuerdan que es la luz la gran aliada de la pintura y de la fotografía. La misma luz que acompañó los avances del barroco hace alrededor de 400 años, es insertada por esta artista en las prácticas más contemporáneas y actuales por medio de variados recursos, entre ellos el juego de sombras, la recreación en las perspectivas oblicuas, las poses de los personajes de sus lienzos y dibujos y la superposición y expansión de diferentes materiales que colonizan el espacio expositivo. Como en la obra de Luc Tuymans, los lienzos sin marco de Claire Harvey constituyen un enorme depósito en colores grises y apagados de datos y registros tomados de la fotografía y el cine. Pero a diferencia de Tuymans, las imágenes de Harvey no siempre parten de escenas de películas ni de relevantes hechos políticos e históricos; únicamente nos dejan intuir las cotidianas extrañezas que cada día experimentamos, las frágiles poses y relaciones que establecemos con los otros y con el espacio que nos rodea. La propia artista subraya que en cada vez más ocasiones estos individuos son amigos o familiares suyos a los que pide posar para ella en una determinada actitud que la artista ya tiene predeterminada; los retrata así para después traspasarlos a las situaciones proyectadas sobre el muro. El arte y la vida, el medio y el fin se aúnan sutil e íntimamente en el baile escenográfico de este teatro que es la vida. El potencial de las imágenes de esta joven artista británica reside en el extrañamiento y el misterio que producen, en la atrayente empatía que ejercen con el espectador y en la refinada y acertada elección artística de los materiales; cristales, blu-tack, celofán, transparencias, retro-proyectores son los soportes desde dónde la pintura, el dibujo y la fotografía saltan al muro expositivo para volver a proyectarse de nuevo sobre los lienzos, láminas de cristal y transparencias.

 

En el EspacioMeBAS del Museo de Bellas Artes de Santander Claire Harvey presenta una muestra de sus últimas creaciones bajo el titulo Walk on, que se podría traducir cómo seguir caminando, continuar andando, pero que alude más intuitivamente a esas personas que permanecen en un segundo plano en las escenas cinematográficas, llamados figurantes, y en general a los personajes que están detrás, de fondo de la escena principal de cualquier imagen, a modo de comparsas. El visitante podrá experimentar ese doble y quebradizo rol, el de protagonizar la escena principal y el de permanecer en el frágil pliegue entre el primer plano y la sombra. Así son las frágiles estructuras en equilibrio que cada día se nos presentan. (Amaia Barredo Vales).

 


Imágenes de la Exposición
Claire Harvey

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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