Sol Martínez trabaja en piezas de cerámica blanca, son esculturas de tamaño real con altos y bajorrelieves de cerámica al natural y sin esmaltar, que se caracterizan por la sencillez que sintetiza las formas simples y geométricas con elementos cotidianos como la vestimenta.

Estas piezas nos develan las huellas de lo cotidiano en la arcilla, elemento que une lo ancestral con el presente y nos proponen una mirada más tranquila, esencial y simple de la realidad más cercana.

Las piezas en barro inciden en la imagen de cuerpo y la tierra despojada de atributos y de anécdotas en busca de la esencia, es una obra que nos habla en voz baja y que no pretende llamar la atención más que invitar al espectador ... a realizar una lectura serena sobre la realidad misma, una lectura que puede hacernos ver ésta realidad como algo muy diferente despojada ya de numerosos elementos que ocupan pero no llenan.

Este trabajo tiene que ver con la imagen de nosotros mismos, con las metáforas y las huellas del cuerpo y la vida en el material, teniendo en cuenta que el cuerpo es frágil y la vida en general es frágil.

Al contraponer, la fragilidad de la realidad creada frente a la experiencia personal vivida, nos propone una mirada tranquila y detenida ante lo cotidiano, una revolución silenciosa pero constante que nos anima a abrir los ojos y a extremar la atención ante lo diminuto que permite abstraernos y poder posicionarnos con otra mirada y darnos cuenta de la fragilidad y la fugacidad de la experiencia.

Esta piezas de manera sutil nos invitan a adentrarnos en un espacio íntimo y esencial donde los objetos cotidianos que nos rodean se convierten en pequeños mundos, microcosmos, en donde darnos cuenta que en la pequeñez hay un universo por descubrir: en un pequeño objeto de cerámica aparentemente intrascendente nos vemos reflejados. Estos objetos son pequeñas puertas hacia el universo y nos devuelve sin querer a nuestro origen considerando la tierra como el material fundamental a donde uno regresa.

El oficio del alfarero, del ceramista, es ancestral y como todos los que contribuyeron a la civilización de la humanidad, guarda un vago recuerdo de saberes secretos, rituales.

Las influencias más directas en este trabajo provienen de la vida cotidiana y del arte del pasado que manifiesta una continuidad en el mundo que vivimos, el mundo ritual es uno de los grandes inspiradores y las sociedades que continúan conectados a un ciclo ritual y vital en donde todo adquiere sentido y se encuentra conectado a un centro y al origen