Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Etiopía, Níger, Japón, Guinea Bissau, Yemen son algunos de los lugares que Susana Solano ha recorrido con una mirada viajera, curiosa y profundamente humana. Con varias cámaras, una de ellas una Hasselblad siempre a mano, la artista catalana va anotando sus impresiones visuales, sus acotaciones espacio-sentimentales de azarosos encuentros con lo distinto, con lo paradójicamente próximos que nos resultan los hombres de culturas y países lejanos, en sus relaciones sociales y personales, con lo significativo del acontecer cultural de lugares ajenos a nuestra idea del mundo. 'En los viajes -escribe nuestra artista en sus cuadernos de notas de 1995 - pertenezco a la naturaleza. En la naturaleza, detecto la equivocación de cómo vivo respecto al tiempo, a la razón, a la belleza, al crecimiento, a la impermanencia, a la energía' Estas fotografías, seleccionadas en pequeños grupos y tomadas desde 1990 hasta 2010, abordan la mirada fotográfica como conformación de un espacio antropológico, testigo del instante emocional, siempre respetuosas con los seres humanos que muestran para 'convertir la sensación y el recuerdo en presencia, en espacio del arte ... igual que la escultura, la fotografía rememora', escribe la artista en el mencionado cuaderno. Si, en líneas generales, la escultura de Susana Solano prioriza las relaciones de los materiales con el espacio y la hermética interrelación de sus estructuras, realzando los valores matéricos del hierro y la regularidad de las mallas, en su misma superficie, poniendo de relieve en muchos casos la impronta personal en la piel de la escultura, con estas fotografías, la artista buscaría acercarnos la superficie de las cosas y gentes que vemos en sus relaciones con el resto, ponernos cerca, acariciar nuestra emoción con la piel del mundo: 'Muchas son las experiencia que conforman la piel de nuestra vida. Pero algunas tienen la capacidad de penetrar como flechas en el interior de la existencia, alcanzando sin orden ni concierto determinadas zonas neurálgicas que constituyen el motor de los actos, de los pensamientos, de los siempre intrincados resortes sentimentales. Esas experiencias profundas acaban por transformarse, inconsciente, involuntariamente, en un universo dominado por la memoria y la imagen. La imagen de la memoria se archiva fuera del tiempo, navegando en libertad por los irregulares espacios del yo, a la vez que se reserva el derecho de emerger u ocultarse a su antojo', escribía Aurora García a raíz de una conversación con la artista. La fotografía en la obra de Susana Solano desempeña una doble función. Por un lado, cuando la artista en algunas ocasiones reserva imágenes figurativas para dialogar con las obras tridimensionales, que iluminan y construyen la transformación en la relación espacial de su conjunto. Por otro lado, la memoria visual del diario de viaje, como las que forman esta exposición, son de formato pequeño de proximidad y las copias en papel baritado, nos hablan del género clásico de la fotografía tradicional, de reportero, del trabajo del cronista del alma humana que aquí realiza Susana Solano: 'Mi interés con estas fotografías recae en el compromiso que provoca la elección y el respeto a lo retratado o capturado en las imágenes. Lugares, estas fotografías reunidas, mostrarían 'el sentir' de paisajes y actos cotidianos, y por otro lado actitudes comunes en numerosas encrucijadas: miradas fugaces, la energía, lo poético o lo político... manteniendo y respetando las emociones del silencio que generó en su día el encuentro azaroso con los lugares. En definitiva, estas imágenes son apuntes, memoria y guiños', nos dice Susana Solano. En muchas de estas fotos, como en gran parte de su fotografía escultórica, la piel del agua está muy presente. 'Uno de mis primeros recuerdos de infancia -nos cuenta Susana- es un balancín que mi padre instaló justo encima de una balsa de regadío y en el cual mi hermana y yo nos columpiábamos literalmente sobre el agua'. Y como señala Aurora García: 'La evocación del agua no significa únicamente un modo de plasmar algo indeleble en el universo del los recuerdos y experiencias lúdicas de la infancia de la escultora en el campo, sino que, más allá de esto, se trata de la presencia -aunque sea en ausencia- del líquido necesario para la vida y la salud, de un fluir que está vinculado al paso del tiempo y lo mismo a la historia natural que a la historia de las civilizaciones. Porque, a pesar de que muchas de las obras de Susana Solano tienen forma de depósitos, lo que ella reclama no son aguas estancadas y turbias, sino el líquido cristalino que corre y sirve para beber, para regar, para sanar o para bañarse'. Susana Solano es Premio Nacional de Artes Plásticas de España en 1988. Fue seleccionada para la Documenta de Kassel, en 1987 y 1992, participó en 1987 en la XIX Bienal Internacional de Sao Paulo y en la Bienal de Venecia, en 1988 y 1993.
Estiarte reúne el trabajo para fotografía de Susana Solano realizado como un cuaderno de impresiones y notas visuales recogidas en los viajes realizados por la artista en los últimos 20 años.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España