Descripción de la Exposición El monóculo del dandi, el zootropo, el ojo de pez, el caleidoscopio, el telescopio, el microscopio... Paradojas del micro y el macro que recorren la obra de Benet Rossell, inventor de un original alfabeto de iconos, grafismos, caligramas o «benigramas», tan rico y lleno de matices como la paleta del pintor. Su obra es una construcción poliédrica y polifónica, a la manera de las imágenes fragmentadas que vemos en los espejos del caleidoscopio, donde la caligrafía tiene mucho que ver con una pulsión vital, con la respiración, con el ritmo o la notación musical. «Yo soy una especie de transformista que unas veces es pintor, otras se adentra en vías puramente poéticas o escriturales, otras intenta acercarse al mundo más real (lo que he representado sin cesar en mis micrografías), y otras se sirve de las posibilidades que ofrece la escultura pública, monumental, para jugar con las escalas, los materiales y los conceptos, y para llenar de contenido un espacio sin tergiversarlo», detalla Rossell, que es al mismo tiempo etnógrafo de sí mismo, performer, músico, poeta, escritor, grabador, cineasta y escultor, y para quien el crítico de arte francés Jean-Clarence Lambert acuñó la palabra comodín artor (fusión de artista y actor). El Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) aborda el amplísimo trabajo de este artor polifacético desde dos vertientes: el cine y las caligrafías, que permiten revelar los entrecruzamientos que constantemente se observan en su obra. La exposición Paralelo Benet Rossell reúne 260 obras (o 660, según se mire), algunas de las cuales son inéditas: 21 películas, 3 instalaciones, 2 objetos y dibujos (algunos con elementos pictóricos). «El arte, lo planto en el suelo. Mis signos caligráficos son una vegetación, proliferan como la hierba, la buena y la mala, germinan...», afirma este artista, para quien la tierra y sus frutos (algarroba, nuez, almendra, sal, azúcar, patata...) son elementos constantes en su trayectoria, y que también trabaja con resonancias magnéticas de su propio cerebro (los «memogramas»), porque la mente es la closca, 'la nou com pensa'» (traducción literal: la mente es la cáscara, «la nuez que piensa»). La exposición dedicada a Benet Rossell se concentra en una parte del amplísimo trabajo de este artista polifacético desde dos de sus vertientes principales: el cine y las caligrafías o micrografías. La muestra ofrece un recorrido con interrupciones, fragmentado, que evita la exposición retrospectiva cronológica convencional y rastrea varias posibilidades de aproximación a una obra construida como un entramado de lenguajes y medios distintos. A pesar de iniciar su formación en el campo del derecho, la economía y la sociología, los intereses de Benet Rossell pronto se inclinan hacia la actividad artística, que despliega en múltiples disciplinas, desde el dibujo y la escritura sígnica, la pintura, ocasionalmente el tapiz o la cerámica, hasta la acción y la performance, el cine experimental y comercial, la poesía y el teatro, entre otras. Todos estos lenguajes están siempre tratados desde una vertiente muy personal, que incluye intervenciones poco convencionales, como objetos ópticos, trabajos de cultivos, dibujos e intervenciones sobre las películas, dibujos «aliñados», actas notariales, cómics sin palabras, guiones cinematográficos o dibutextos, por poner algunos ejemplos. En 1964 se traslada a París, ciudad donde vivirá durante más de veinte años. Desde allí realiza muchos viajes y pasa largas temporadas en otros países, como India y Nepal. En París coincide con Joan Rabascall, Antoni Miralda, Dorothée Selz y Jaume Xifra, con quienes comparte una estrecha amistad y algunos proyectos, a pesar de tener trayectorias diferenciadas. Con ellos, por ejemplo, Benet Rossell filma Cerimonials (Ceremoniales, 1974), una obra que forma parte de la Colección MACBA y que presenta fiestas y rituales en los que también participa Dorothée Selz. En París se inscribe en los cursos de cine del Comité del Film Etnográfico con Jean Rouch, con quien colabora en diversos seminarios. El gran microteatro del mundo Otra experiencia determinante en esa ciudad es su paso por la Université du Théâtre des Nations, donde por primera vez oye hablar de un teatro total, entendido como acción que aporta el concepto de fiesta y ritual a la dramaturgia, de experiencias que él mismo define como «más cerca de la representación sígnica que de la textual. Aquel contacto con unos lenguajes cuyos códigos me eran totalmente desconocidos, por lo tanto, lenguajes sin código para mí, me fascinaron y posiblemente fueron el origen del lenguaje que he cultivado durante toda mi trayectoria de artista y que parte de una infinidad de signos, de iconos, de micrografías o caligramas o benigramas sin código, irrepetidos e irrepetibles, que conviven, se articulan y se manifiestan de una forma siempre única, siempre reinventada, y acaban conformando un microteatro o representación caligráfica del gran microteatro del mundo [...]». La exposición presenta un gran número de obras inéditas y dedica una atención especial al trabajo cinematográfico de Benet Rossell, muy vinculado al dibujo sígnico y caligráfico, estableciendo un diálogo entre los distintos medios utilizados, con obras que van desde 1965 hasta la actualidad. Pese a su apariencia abstracta, su obra tiene un componente narrativo. Benet Rossell es un rastreador, a la manera de alguno de los personajes imaginarios que aparecen constantemente en sus dibujos y que crean microhistorias: la insistencia en los micromundos (microteatro, microópera, micrografía, microacción...) es una constante en su producción, pero esos pequeños gestos desvelan grandes historias, personajes callejeros, cosas inesperadas y nuevos caminos para explorar. En el caso de Diari residual (Diario residual, 1965-1969), este proceso consiste en una recopilación de referencias y hallazgos del quehacer cotidiano del artista, en distintos formatos. Como parte de los recorridos por la ciudad que son una constante en su trabajo, los cubitos de resina de poliéster se convierten en contenedores transparentes de objetos e imágenes, que inicialmente Benet Rossell llevaba en los bolsillos de su gabardina y con los que hacía microperformances. El interés por las pequeñas cosas, que no se perciben fácilmente o que se ocultan a la visión, se manifiesta en el uso recurrente de herramientas o instrumentos a menudo creados por el artista, como las lupas o las gafas para observar los dibujos que se ocultan. Calidoscopi (Calidoscopio, 1971), realizado con Jaume Xifra, es la filmación de los dibujos cambiantes de un calidoscopio, que el juego de espejos va transformando ante la cámara. El cine es para Benet Rossell una posibilidad de aproximación al elemento humano y un modo de caligrafiar el movimiento. Su microcine puede ser cine sin cámara, film pintado o agujereado, como es el caso de Holes (1969). También dibuja las películas, con esas micrografías o benigramas que le son tan característicos y que se presentan solos, con textos del artista o de otros autores, con collages o con troqueles y agujeros en el soporte mismo. El papel también puede doblarse, de modo que nunca sabremos si esos pliegues ocultan dibujos. En el itinerario de la exposición encontramos Micro-òpera 2 (Micro-ópera 2, 1984), una instalación que incluye una película en la que se narra cómo Benet Rossell se construye un pincel con su propio pelo y pinta unos fotogramas; los instrumentos utilizados se exponen en unas vitrinas, y en las paredes cuelgan fotografías que documentan el proceso. La pieza se completa con dos cajas de luz que dejan ver los dibujos resultantes. Por primera vez desde su presentación en 1981 en el contexto de la XXIII Semana Internacional de Cine de Barcelona, se muestra Rambla 24 h (1980/2009), realizada en colaboración con Antoni Muntadas. Originalmente se trataba de una videoinstalación con varios elementos: unos monitores donde se veía a la gente paseando calle arriba y calle abajo; una torre de monitores que mostraban las imágenes fragmentadas de los ramblaires -o paseantes- tipo (las cabezas, los cuerpos y los pies); y la filmación de un plano fijo durante el primer minuto de 24 horas consecutivas. Con la voluntad de constatar los cambios producidos en esta calle con el paso del tiempo, en septiembre de 2009 Muntadas y Benet Rossell repitieron la filmación. En la exposición del MACBA pueden verse ambas películas, junto con material documental del primer proyecto disponible para consulta. Estratos y sedimentos geológicos Uno de los vídeos inéditos incluidos en la exposición es Microfàcies (2010), una representación teatral que remite a los análisis de estratos y sedimentos geológicos que Benet Rossell utiliza en algunos trabajos. A la manera de análisis texturales, lo aplica en una filmación en macro de la geografía de su propio cuerpo en Auto di ritratto (2008). La suya no es, pues, una obra abstracta, sino una caligrafía que juega con la i/legibilidad de las realidades, con la im/posibilidad de las cosas. El humor y la ironía también están muy presentes en la obra del artista, como se pone en evidencia en los films Miserere (1979), realizado conjuntamente con Miralda, y Vetlla (Velatorio, 2007), que se asoman al mundo de las parafernalias militares y hacen una crítica de las dictaduras, de las formas totalitarias y jerarquizantes del poder. Los dibujos con percloruro, o los trazos casi pictóricos sobre los papeles marouflés, muestran la aparición del elemento pictórico, que se hace muy evidente en el film Pound (1985/2009). Penso amb la punta del pinzell (Pienso con la punta del pincel, 2010) es una pieza concebida para este proyecto, que presenta literalmente el almacén de las obras pictóricas del artista. Todas las pinturas están embaladas e identificadas con un número de inventario, que permite consultar toda la información sobre la obra en un ordenador, excepto su imagen. Esta instalación incide en la idea por encima del objeto, imposibilita al espectador la visión de la obra y cuestiona el rol de la pintura en el arte contemporáneo. El recorrido de la exposición finaliza con un nuevo proyecto especialmente desarrollado para esta ocasión, Paral·lel, paral·lel (Paralelo, paralelo, 2010), que toma el antiguo cabaret El Molino, en el Paralelo barcelonés, como eje vertebrador de un trabajo más amplio sobre el barrio y la transformación que ha experimentado desde los años cincuenta hasta la actualidad. Las serigrafías de los mapas de tres ciudades donde ha vivido Benet Rossell, en las que se destaca el recorrido desde su casa hasta El Molino, se acompañan con los decorados originales del cabaret barcelonés que el artista encontró en un contenedor cuando se estaba desmantelando. Una filmación registra el proceso de destrucción del edificio original y la construcción, todavía en curso, del nuevo equipamiento. Finalmente, el blog paral·lel.inprogress@macba.cat permite acceder a las opiniones sobre el proyecto. Paral·lel, paral·lel es un trabajo en proceso, una crónica sentimental y sociológica de la transformación de la Barcelona canalla y la «recuperación» institucional actual desde la iniciativa privada.
Arte en Datos, 02 jun de 2015
El Macba ha dedicado a artistas catalanes más de un tercio de sus individuales, en el último lustro
Por ARTEINFORMADO
De las 33 muestras individuales celebradas en los últimos cinco años, doce han sido de artistas catalanes, de los cuales nueve son hombres y tan solo tres mujeres.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España