Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Desde sus etéreos paisajes londinenses hasta las monumentales representaciones de su jardín de Giverny, donde pasó los últimos cuarenta años de su vida, la muestra analizará cómo la permanente obsesión de Claude Monet por captar la instantaneidad le llevó a desdibujar la representación pictórica y le condujo prácticamente a las puertas de la abstracción; y cómo, a mediados del siglo pasado, la joven generación de pintores abstractos americanos y europeos redescubre su arte, le encumbra como profeta indiscutible de las corrientes matéricas de la abstracción, situándole definitivamente en el lugar fundamental que hoy en día ocupa en la historia del arte. Jackson Pollock, Mark Rothko, Willem de Kooning, Sam Francis, Joan Mitchell, Adolph Gottlieb, André Masson, Philip Guston o Gerhard Richter, entre otros, fueron algunos de estos jóvenes artistas que volvieron la vista hacia Monet. Su obra podrá contemplarse ahora, a lo largo de todo el recorrido de la exposición, en un interesante diálogo con la del maestro impresionista, poniendo de manifiesto sus múltiples conexiones. Mostrar el arte de Claude Monet bajo esta nueva luz, permitirá analizar la importante influencia del pintor francés en el desarrollo de ciertos aspectos de la abstracción de la segunda mitad del siglo XX y, por tanto, su papel fundamental en el desarrollo de la modernidad. En total, más de un centenar de obras se han logrado reunir para este nuevo proyecto conjunto del Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid, que ha contado también en esta ocasión con la imprescindible colaboración del Musée Marmottan Monet de París, donde se presentará la muestra en el verano de 2010, tras su paso por Madrid. El museo parisino ha cedido para la ocasión una magnífica selección del importante legado del pintor francés que conserva en sus fondos. Destacan igualmente los préstamos de numerosos museos y colecciones particulares de todo el mundo, principalmente de Europa y Estados Unidos. Monet fue sin duda el más representativo y prolífico de los impresionistas franceses, pero fue también el más independiente e innovador. La obsesión por captar la instantaneidad, su preocupación por cuestiones como la percepción de la naturaleza, o la necesidad de expresar su experiencia personal por medios meramente pictóricos, llevaron a Monet a desdibujar la representación pictórica convirtiéndola en una atmósfera prácticamente abstracta. Su muerte, en diciembre de 1926, pasó prácticamente desapercibida en el ambiente artístico contemporáneo; sus Grandes Decorations de la serie Nenúfares, donadas al Estado francés por el propio pintor en 1918 e inauguradas en 1927, un año después de su fallecimiento, permanecieron durante décadas olvidadas en el Musée de l'Orangerie de París. En las primeras décadas del siglo XX se habían impuesto las nuevas tendencias de vanguardia basadas principalmente en el concepto de 'construcción', por lo que su obra, como la de la mayoría de los pintores impresionistas excepto Paul Cézanne, se consideraba anacrónica y quedó sumida en el olvido. El redescubrimiento de Monet no se produce hasta mediados del siglo XX, cuando los jóvenes artistas del triunfante expresionismo abstracto americano comenzaron a contemplar sus obras con una nueva mirada. La materialidad de su pintura, su técnica 'all-over', sus pinceladas sueltas y sus formas desdibujadas fueron una auténtica revelación tanto para la joven generación de abstractos americanos como para los seguidores de los informalismos europeos. El recorrido de la muestra se plantea, como es habitual, entre las salas de exposición del Museo y las de la Fundación Caja Madrid. MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA 1. Brumas y variaciones La exposición arranca con una sala dedicada al impacto que la obra de William Turner produjo en Claude Monet durante los viajes a Londres que realizó entre 1899 y 1901. La comparación de las obras de Turner con las representaciones del río Támesis de Monet permitirá comprobar cómo los juegos de luz a través de la exuberante superficie pictórica, y la pincelada suelta y libre del primero, influirían en la sutileza vaporosa de los paisajes urbanos bajo la bruma londinense del pintor francés. Por otro lado, la presencia en la sala de Gerhard Richter, que también realizó una serie inspirada en Londres, establecerá una conexión con la abstracción contemporánea. 2. Efectos de luz Las puestas de sol de Monet muestran su interés por la representación efímera y cambiante de los reflejos de la luz del ocaso sobre la superficie pictórica. La forma en que transforma los ritmos de la naturaleza en expresión de sus propios sentimientos a través de una técnica suelta y libre, en la que el estudio del color se convierte en el verdadero protagonista, anticipa las abstracciones cromáticas de artistas posteriores, como Mark Rothko o Adolph Gottlieb. 3. Reflejos y transparencias En la serie de obras dedicadas al motivo de los Nenúfares -uno de los capítulos más importantes de su producción final- Claude Monet muestra un interés creciente por lograr la reconciliación entre un arte representativo, que nunca abandonó, y la reivindicación de los aspectos materiales de la superficie pictórica. Con estas obras se produce un cambio en su pintura desde lo narrativo hacia lo abstracto, proceso que se relaciona en esta muestra con la sutil abstracción de la artista norteamericana Helen Frankenthaler. 4. Contrastes de formas Las variaciones de luz, tiempo y atmósfera, y los contrastes de formas producidos por el reflejo de la vegetación sobre las tranquilas aguas captadas por Monet en varias de sus series, fueron fundamentales para artistas posteriores como Clyfford Still o Barnett Newman. Sus formas de colores brillantes, con fuertes efectos de contraluz, no pueden dejar de relacionarse con las pinturas de Monet. 5. Pincelada y gesto La innovadora técnica utilizada por Claude Monet en los últimos años de su vida preparó el camino de los lenguajes abstractos del siglo XX. En las últimas salas del recorrido en el Museo Thyssen- Bornemisza, las pinturas del periodo final de Monet dialogan con obras abstractas de Jackson Pollock, Lee Krasner, Mark Tobey, Philip Guston, Esteban Vicente, Willem De Kooning o Cy Twombly. FUNDACIÓN CAJA MADRID 6. En el jardín de Giverny Junto a los Nenúfares, las flores, los árboles y el puente japonés de su jardín en Giverny fueron los motivos pictóricos predilectos de Monet durante las últimas décadas de su vida. La factura suelta de estas obras, en las que en ocasiones la pintura se escurre por la superficie del lienzo, anticipa lo que años después harían los expresionistas abstractos. Durante la década de 1950 algunos jóvenes artistas como Joan Mitchell, Jean- Paul Riopelle, Sam Francis, Zao Wou-Ki o Ellsworth Kelly, convirtieron la casa del pintor y su jardín en Giverny en lugar de peregrinación. Como podrá verse en este apartado de la exposición, el descubrimiento de las pinturas que todavía se encontraban en el taller del pintor supuso un impulso esencial para muchos protagonistas de la abstracción. 7. La estela de Monet Son múltiples y variados los motivos por los que el impacto de Monet se puede rastrear en numerosos artistas abstractos de la segunda mitad del siglo XX. En este espacio se presentan algunas de estas afinidades evidentes con la obra del impresionista francés en trabajos de artistas como Jean Bazaine, Maria Elena Vieira da Silva, Robert Ryman o Gerhard Richter. CLAUDE MONET París, 1840 - Giverny, 1926 Segundo hijo del matrimonio formado por Adolphe Monet y Louise Justin Aubrée Monet, Claude nació en París el 14 de noviembre de 1840. Por motivos económicos su familia se traslada a El Havre, donde pasa su niñez y donde conoce a Eugène Boudin, que le anima a pintar paisajes al aire libre. En 1859 se traslada a París para completar su formación, asistiendo a la Académie Suisse; tras una estancia en Argelia, donde hizo el servicio militar, y una breve permanencia en El Havre, regresa a la capital francesa. Es en la década de 1860 cuando coincide con Jongkind en Bretaña y con Bazille, Sisley, Renoir y Cézanne en el taller de Charles Gleyre. En 1870 contrae matrimonio con Camille Doncieux, modelo de su famoso El almuerzo campestre. Al estallar la Guerra Franco-Prusiana, al igual que Pissarro, viaja a Londres. Tras la contienda se instala en Argenteuil, en 1878 en Vétheuil y en 1883 en Giverny. En 1872 pinta su célebre cuadro Impresión. Amanecer que, dos años más tarde, se expuso en la primera muestra impresionista y por cuyo título el crítico Louis Leroy dio nombre al grupo. En los años 1890 prospera económicamente, compra la casa que tenía alquilada en Giverny y un terreno colindante, con el que amplía el jardín con un estanque de nenúfares y construye nuevas dependencias para pintar. Desde 1888 empieza a trabajar en series; a la primera, dedicada a los almiares, le siguieron otras con diferentes motivos como la catedral de Ruán, el Támesis, Venecia y los Nenúfares, asunto que continuará hasta su muerte. En todas ellas experimentó con la luz en distintos momentos del día. Entre 1899 y 1901 pasa los inviernos trabajando en Londres pintando in situ -desde la ventana del Hotel Savoy donde se alojaba- sus famosas vistas del Támesis. Sin embargo, Monet reelabora casi todas estas pinturas en su estudio, pues lo que le interesaba no era tanto la exactitud topográfica como el estudio de las condiciones atmosféricas. A raíz de su exposición en 1904, el crítico George Lecompte afirmó que nunca 'alcanzó una sutileza tan vaporosa, un poder de abstracción y de síntesis tan grande.' Los últimos veinte años de su vida los pasaría ya sin moverse prácticamente de su casa en Giverny. Monet sufre de cataratas, de las que fue finalmente operado en 1923. Comienza entonces un periodo de trabajo intenso. En una carta a su amigo André Barbier, fechada en julio, Monet se excusa por no poder recibirle porque 'tengo que estar libre a las diez de la mañana para reanudar el trabajo. Esta es para mí una alegría inigualada. Desde su visita anterior mi vista ha mejorado enormemente. Trabajo como nunca y estoy muy contento con lo que hago. Si mis lentes fueran aún mejores, lo único que pediría sería llegar hasta los cien años'. Por desgracia no fue así y, el 5 de diciembre de 1926, el pintor muere en su casa de Giverny. El 8 de diciembre se oficiaron las exequias fúnebres, en la intimidad, siguiendo la voluntad del pintor. Pocos meses después, el Estado inaugura, en L'Orangerie des Tuileries, un montaje con los grandes lienzos del ciclo decorativo Nenúfares que el pintor había donado en 1918 y que fueron instalados según las directrices del artista; ahí permanecieron prácticamente olvidados durante décadas.
El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid presentan en febrero la exposición Monet y la abstracción, un recorrido por la obra del gran pintor impresionista francés planteado desde una perspectiva diferente y hasta ahora nunca vista en el contexto de una exposición temporal de esta envergadura: la de su relación con el desarrollo de la abstracción en la segunda mitad del siglo XX.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España