Descripción de la Exposición 'Lo que aprendí de Gordon fue a hacer la única definición del arte que se nos ocurrió era hacer.' Jeffrey Lew, artista, amigo y colaborador de Gordon Matta-Clark. 'No hay una manera de hacer un dibujo -hay sólo dibujo -' sostiene Richard Serra refiriéndose al colapso que se produce en un dibujo entre lo que significa y el cómo está hecho, como si las maneras de hacer un dibujo -la manera académica o convencional y la no artística - estuvieran condicionadas por el puro acto de hacerlo. Surge aquí la cuestión de lo que propiamente constituye un dibujo y si las técnicas de dibujo están sobrepasadas por la condición de actualidad o novedad. La actualidad supone un 'presente eterno' que no es cierto. Para Serra era la década de los setenta, pero nos interesa su formulación del conflicto entre sentido y acabado y el replanteamiento que supuso para las técnicas, las herramientas y los materiales del dibujo, el nuevo estatus de la forma en proceso o 'antiforma' que se dio en el arte de ese período. La noción de proceso tiene un significado literal: el acto o evento por el cual alguna cosa va a comenzar o simplemente es. Otro significado proviene del campo del discurso de la historia del arte y se refiere al 'arte procesual', un tipo de manifestación artística sobre todo a través de esculturas e instalaciones, que se produjo en los años sesenta y setenta, cuyos artistas fueron -entre otros: Eva Hesse, Mell Bochner, Richard Serra, Robert Smithson, Carl Andre, Richard Tuttle, Bruce Nauman, Linda Benglis, Robert Morris, Joel Shapiro, Gordon Matta-Clark, etc.- Robert Morris sitúa el origen de la Anti-Forma en los dibujos 'non finitos' del alto Renacimiento, cuando el artista es consciente de la importancia no sólo de significar sino también del proceso mismo por el cual este significado se produce. Leonardo y sus estudios sobre los remolinos del agua, la fragmentación corpuscular de los impresionistas, las teorías y prácticas de Kandisky, Malevich y Mondrian que dieron lugar a ciertos movimientos basados en la abstracción geométrica y en propuestas que emplean series de instrucciones y procesos iterativos como: el movimiento Fluxus, el minimalismo y el arte conceptual con artistas como: Joseph Albers, Donald Judd, Sol Lewitt, Agnes Martin, etc. Por último hay otros muchos que encuentran su 'habitat' natural en el uso de programas y algoritmos informáticos en la actualidad, véase la obra de Roman Verostko, Harold Cohen, Mark Wilson, Manfred Mohr, Jean Pierre Hebert, etc. El trabajo de Javier Cruz emerge de esta tradición y de un voluntad de acción. Sus dibujos efectivamente 'emergen', es decir, son creados por el propio proceso de dibujar, son gráficas de sus acciones, podríamos llamarlos metagrafías en atención a ese proceso iterativo y recurrente que procede de sus propias leyes de crecimiento. Bajo el mismo patrón inicial leves perturbaciones van conformando estructuras cada vez más divergentes iniciándose el proceso de individuación por divergencias, a mayor grado de iteraciones mayor diferencia en la forma final. Parece plausible, por tanto, relacionar los dibujos de Javier Cruz con el arte procesual ya que en sus estrategias de legibilidad interviene de manera fundamental el proceso de su hacer, planteando alternativas a los modelos de la tradición: el dibujo de contorno, el modelado y el claroscuro. Una aproximación literal desde la perspectiva del proceso es que el dibujo es una forma de registro del proceso de hacer del artista. Otra aproximación tiene que ver con poner en cuestión los fundamentos mismos del dibujante que, por convención, son la línea, la herramienta y la mano, con el argumento de que no sirven fácilmente a los procesos artísticos contemporáneos en los cuales está presente esta tradición y la idea de transgredirla desde sus mismos fundamentos. La línea pierde su condición definitoria por medio de la repetición y no jerarquización: trazos de mismo grosor, tamaño, intensidad, etc. Los dibujos hechos por Javier Cruz son dibujos diagramáticos, en general abstractos. Tienen en común la importancia que le dan al proceso conceptual sobre la forma. Dibujados con instrucciones severas, geometrías rígidas y colores mínimos, podrían entenderse como la antítesis del arte procesual y más bien asignarles un territorio conceptual; sin embargo, los errores mínimos, introducen caligrafías propias, cierta volatilidad, duda o inconsistencia que los hacen entrópicos e inestables, que los aproximan al contexto artístico procesual. El modo de significar al hacer un dibujo es correlativo a la forma en que un artista elige y coloca la materia, los dibujos de Javier Cruz tienen una naturaleza inestable, fugaz, momentánea, preparatoria e inacabada que los acercan mucho a ciertas concepciones contemporáneas de lo temporal. En su artículo 'Paragraphs on Conceptual Art', Sol LeWitt reclama la importancia de la idea en el trabajo y la necesidad de el proceso: 'Todos los pasos intervienen -garabatos, bocetos, dibujos, obras fallidas, modelos, estudios, pensamientos, conversaciones son de interés -' LeWitt, lo mismo que Javier, piensa en el dibujo como un material de registro de un proceso conceptual. En el fondo, los dibujos de Javier Cruz tratan de visualizar una idea tan vieja como el mundo: cómo un sistema de pensamiento ordenado, un proyecto, por el hecho de ser representado en cualquier lenguaje... tiende al desorden.
Actualidad, 20 dic de 2010
La mitad de los artistas menores de 25 años ya están exponiendo
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Más de la mitad de los artistas españoles menores de 25 años, de los que ha reunido datos ARTEINFORMADO, han realizado alguna exposición en los últimos 4 años. Exactamente han ...
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