Descripción de la Exposición 'Implosión es el proceso por el que los objetos se destruyen al colapsar sobre sí mismos, concentrando materia y energía'. Con motivo de la invitación de Hammerson's Emerging Artist Initiative, el artista Adrián Navarro presenta en su segunda exposición individual en Londres, 'Implosion', una serie de obras que combinan pintura y serigrafía sobre lienzo, resultado de un proceso en el que también intervienen la instalación, la fotografía y la postproducción digital de imágenes. La obra de Navarro configura una exploración visual del espacio a través del ritmo, el movimiento y los campos energéticos. Sus procesos creativos buscan la expansión de su vocabulario plástico investigando nuevos mecanismos de intervención sobre el medio pictórico, que incluyen herramientas propias de la arquitectura. En 'Implosion', el proceso se basa en una investigación espacial cuyo primer paso es la creación de un modelo físico real a escala humana, conformado por una serie de redes tridimensionales donde telas de diferentes colores y estampados se cruzan en el espacio. El ojo de Adrián Navarro recorre esta instalación siguiendo un movimiento que posteriormente deconstruirá en series de fotogramas. La manipulación y traslación de estas imágenes sobre el lienzo son la base a partir de la cual se crea la estructura implosiva. Esta nueva serie de obras describe unos espacios habitados por figuras emergentes atrapadas en unas redes virtuales de las que sólo pueden liberarse a través de la retina del observador. Adrián Navarro continúa su personal investigación sobre la percepción de un espacio construido a través de capas superpuestas en constante transformación, que desarrollan la profundidad del cuadro a través de una perspectiva proyectada. En los cuadros de 'Implosion' este espacio acaba de colapsar hacia su interior provocando deformaciones omnidireccionales debidas a la tensión interna entre los elementos. Obras como 'Interzona' (2009) o 'Mercurio' (2009) generan una perspectiva dinámica que guía el campo visual del espectador hacia la profundidad del cuadro, reconstruyendo un paisaje subjetivo en el fondo de su ojo. En la serie 'Esferas' la piel que encapsula estas implosiones deviene visible, como una superficie contenedora de las formas orgánicas que flotan en la ingravidez. La experiencia circular de la mirada se congela y el espectador observa las figuras allí atrapadas desde una distancia insalvable. En 'Esfera 01' la obsesión de Adrián Navarro por capturar la luz la convierte en un elemento plenamente tangible y físico, que a la vez emerge y es absorbida por la gravedad del centro de la esfera, atrayendo todo lo que le rodea. Una vez superado el estado crítico de la implosión, nada escapa a ese silencioso colapso.