Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El Museo Reina Sofía presenta la primera gran retrospectiva de Antoni Miralda en el Palacio de Velázquez que, cerrado desde 2005, abre de nuevo sus puertas al público después de las reformas acometidas en el edificio. La exposición 'Miralda. De gustibus non disputandum' propone un recorrido por su amplia trayectoria partiendo de un contexto histórico y artístico global, desde sus primeras acciones públicas realizadas en París, en la década de los sesenta, hasta las grandes intervenciones intercontinentales del proyecto Honeymoon de los años noventa, para llegar a FoodCulturaMuseum, su último proyecto. La muestra se compone de instalaciones, montajes fotográficos, proyecciones, esculturas/monumentos, objetos y dibujos preparatorios, además de una importante selección de documentos. A lo largo de más de cuatro décadas, Miralda no ha cesado de analizar y de apropiarse de los temas más complejos y vitales de nuestra sociedad mediante acciones-espectáculo o celebraciones, en las que -a modo de maestro de ceremonias- implica al público participante, aunque para ello tenga que rehuir de los museos y salir a su encuentro en la calle. Sus fórmulas artísticas tienen una importante dimensión festiva, lúdica, grandiosa irónica y barroca, por las que ha sido denominado 'artista de lo efímero'; se trata de proyectos complejos que a menudo transcurren en largos periodos de tiempo y requieren la asistencia de un grupo numeroso de colaboradores, además de la cooperación de los espectadores. El resultado es una iconografía singular en contraste con un lenguaje vivo y sugerente, en el que suele recurrir a un humor mordaz, para invitarnos a reflexionar sobre los hechos del mundo contemporáneo. Miralda plantea cada objeto que diseña, cada performance, cada instalación e incluso cada vídeo, como un estímulo para la participación y la experiencia. Una obra predominantemente efímera y en la que la implicación de los participantes es fundamental, plantea una gran dificultad a la hora de ser expuesta en forma de lectura retrospectiva. Sin embargo, la dificultad se afronta de manera satisfactoria gracias a los documentos que el propio artista ha recopilado, vídeos y fotografías que dan cuenta de lo sucedido en torno a sus acciones. Destaca la presencia en esta exposición de video-proyecciones, a menudo de formato mural, como 'París, la Cumparsita', 'Gateau Anniversaire de l'Amour', 'Ceremonials' o 'Honeymoon Project', pues documentan el desarrollo de sus acciones. El adagio latino, De gustibus non disputandum -que subraya la subjetividad e inutilidad de las discusiones en cuestiones de gustos personales-, hace referencia a la cultura alimentaria, un aspecto crucial en el programa artístico de este artista. La comida tiene mucho en común con la obra de Miralda: es efímera, es participativa, es potencialmente ceremonial y artística. No es de extrañar que haya trabajado con ella sistemáticamente. Según la tesis de la historiadora del arte Cecilia Novero, en el texto redactado para el catálogo de esta exposición, Miralda 'utiliza la cultura y el lenguaje alimentario como una oportunidad de vivir los sueños de la historia y reinventarla'. Es un sistema semiótico que le permite reescribir la historia y reinventar las tradiciones populares como quizá nunca fueron vividas; un lenguaje, que a pesar de su carácter festivo no está exento de crítica al poder y a los productores implicados en la explotación y el consumo. El 'arte comestible' le sirve para esbozar un panorama gastronómico de la sociedad post industrial marcado por la desaparición de los particularismos en favor de la uniformidad internacional y ofrecer una forma participativa del comportamiento social en donde el grupo humano se reúne en torno a la mesa. Recorrido expositivo : de Soldats Soldés al FoodCulturaMuseum Las primeras obras de Miralda tienen un marcado carácter objetual de resonancias políticas pacifistas. El recorrido de la exposición arranca con un conjunto de documentos, fotografías y objetos referentes a su primer gran trabajo: la acción que lleva por nombre Soldats Soldés (soldados pegados) que tuvo lugar en el año 1967, en París. En ella solicitaba al público, entre otras labores, que extrajera soldaditos verdes de unos cajones y los introdujera en lejía para que su color se tornara en blanco, convirtiéndose por lo tanto en soldados sin color, soldados sin bandera. Fue un primer acercamiento a la participación del público en la obra de Miralda, hallazgo que seguiría utilizando en proyectos posteriores. Los soldados de juguete son objetos recurrentes en toda su producción, también se encuentran presentes en los banquetes e instalaciones que el artista creó hasta 1970 en colaboración con Dorothée Selz, luego en solitario y recientemente con la cocinera Montserrat Guillén. Además de un antimilitarismo sencillo e irónico, estas figuras responden a recuerdos de infancia y juventud: tras ellas subyace el feliz juego de la infancia, a la vez que el regusto desagradable del servicio militar que el artista realizó durante el régimen franquista. Se trata de juguetes infantiles cuyo significado está ligado a las ideas de autoridad y guerra, y cuya producción industrial en serie subraya la anulación del individuo bajo el uniforme. Los soldaditos y la descontextualización de objetos de producción industrial en serie, se representan en la exposición con otras obras, como el Salón Toile de Jouy y París, la Cumparsita (1972), realizada por Miralda en colaboración con Benet Rossell. Esta obra es, en palabras de la historiadora del arte y comisaria de exposiciones Isabel Tejeda, una performance en forma de película. En ella, la capital francesa, plagada de monumentos, es recorrida por Miralda, quien porta una escultura de tamaño natural en forma de soldadito de juguete a la que busca un pedestal. Miralda y Rossell retratan en esta película la grandiosidad de la ciudad, pero también sus ferias de barrio; la reacción de la gente, tanto de los niños como de la policía. Con esta acción llevaban el humor a la seriedad del transeúnte y facilitaba la participación mediante el juego. Uno de los mayores proyectos de Miralda reflejados en la muestra es Wheat and Steak (1981), un gran espectáculo en el que se manifiesta su espíritu crítico en relación al poder alimentario, algo que es recurrente en sus intervenciones, desde Breadline (acción acometida en Houston, 1977, de la que se expone aquí su Texas TV Dinner), al FoodCulturaMuseum (2000-2010). Wheat and Steak es una acción realizada en el contexto del desfile de la ciudad de Kansas de 1981, en el que incluyó la pirámide Tri-Uni-Corn -montada en esta exposición-, formada por los tres animales del 'American Royal', corporación organizadora de espectaculares rodeos en la ciudad de Kansas desde 1899. La carroza fue construida en público durante diez días a base de manteca de cerdo blanca, rosa y azul, panes de colores y sacos de trigo de la marca Wheat and Steak. La banda de música afroamericana de los 'Marching Cobras' la acompañaba. La acción culminó en una ceremonia celebrada en la sede de la Bolsa de Cereales de la ciudad. En opinión de la historiadora del arte Cecilia Novero, 'no existe mejor encarnación del carácter festivo del carnaval que la obra Wheat and Steak'. En efecto, como en otros proyectos, el artista reinventa con Wheat and Steak las fiestas populares y las celebraciones oficiales. Honeymoon (1986-1992) es un proyecto de dimensión universal. A lo largo de seis años, en más de una docena de ciudades de todo el mundo, se confeccionan y se presentan en una serie de acciones ceremoniales, todo tipo de trámites, regalos y demás preparativos para la boda entre la Estatua de la Libertad de la bahía de Nueva York y el monumento a Cristóbal Colón del puerto de Barcelona, finalmente celebrada en Las Vegas, en 1992. Honeymoon aglutina todas las peculiaridades de la producción artística de Miralda: su fascinación por los grandes monumentos, su uso de la alimentación, la salida de los espacios expositivos convencionales, la participación activa del público y la implicación de numerosos colaboradores, y el guiño humorístico a lo absurdo, no sólo reservado a los iniciados. Con Honeymoon, Miralda explora los conceptos de conquista y de libertad, las interrelaciones entre Europa y América, y en definitiva, la nueva realidad cultural nacida en 1492. De este proyecto se exponen objetos como los singulares documentos que dan fe del acuerdo entre las familias, firmados por los alcaldes de Barcelona y Nueva York (Ba-ca-llà, 1986) o el TV Ring (1986), anillo de compromiso en el que no brilla un diamante, sino un televisor con la foto del futuro esposo. Otros, son más espectaculares, como la combinación confeccionada para Miss Liberty en la ciudad natal de Miralda (Terrasa) de 30 x 15 metros (Combinación Santa María, 1987). También, entre otros objetos, se han instalado para la ocasión, las Alianzas de agua (1989), realizadas en Valencia en colaboración con Chus Burés, y la Pelvis de Colom (1992), que, realizada en bronce en el tamaño del monumento, representó al novio en la ceremonia celebrada en Las Vegas. A finales de los noventa, Miralda comienza a perfilar un trabajo a escala mundial, el FoodCulturaMuseum, definido por la comisaria de la exposición, Danielle Tilkin, como una especie de síntesis de museo/archivo/centro de investigación que, más allá de sus actividades multidisciplinarias, es memoria viva de lo gastrocultural. El proyecto se enriquece con la realización de «cocinas» satélites -así las bautiza Miralda- en las que lo creativo y lo culinario son el motivo conductor de degustaciones, talleres, performances y exposiciones. En el contexto de este proyecto, el artista viene realizando desde 1997 un work-in-progress que, bajo el título Sabores y lenguas, ha tenido lugar en trece ciudades latinoamericanas y quince europeas. Con las recetas y los comentarios aportados por los habitantes de esas ciudades, Miralda realiza 'platos-retrato' culinarios, una lengua/mapa en la que figuran los mercados, las tiendas, los restaurantes y los alimentos típicos del país. Antoni Miralda Miralda inicia sus estudios, en 1962, en la Escuela Textil de Tarrasa y en el Centro de Estudios Pedagógicos de Sevres, París, para proseguirlos en 1964, en el Institute of Contemporary Art de Londres. En 1966 se instala en París y posteriormente, en 1972, a Nueva York. En 1978 obtiene la Beca Juan March para asistir al Center of Advanced Visual Studies y al Institute of Technology de Massachussets, la Beca del Comité Conjunto para Asuntos Culturales en 1981, y la Council on the Arts en 1984. En 1972 forma equipo con Dorotheé Selz, adentrándose, mediante obras mixted media y happenings en el universo mágico y litúrgico del hombre primitivo. Es mediante su relación con Montse Guillén, restauradora y gastrónoma, cuando sus objetivos artísticos derivan hacia el 'arte comestible'. En 1990 presenta en la Bienal de Venecia su Honey Moon Proyect, consistente en la puesta en escena del enlace entre la estatua de Colón de Barcelona y la Estatua de la Libertad neoyorquina. Destacan, entre otras, sus exposiciones individuales en la Galería Joan Prats, Barcelona (1980), Nelson Art Gallery, Kansas City (1981), South Campus Art Gallery, Miami, (1985), Fundació la Caixa, Barcelona (1996), y Galería Senda, Barcelona (2002). Catálogo Con motivo de la exposición, se ha editado un catálogo en el que recogen seis ensayos sobre el artista, además de una completa compilación de fichas catalográficas de las obras de Miralda a cargo de la especialista Amy Rosenblum. La comisaria de la muestra, Danielle Tilkin, la autora del primero de los ensayos, realiza un recorrido por la vida y los proyectos de Miralda, entre 1965 y 2010, sin dejar de lado los contextos artístico e histórico en los que se desenvuelven. Por su parte, el antropólogo Néstor García Canclini realiza un análisis del carácter intercultural de la comida y los monumentos en relación con la trayectoria de Miralda. Isabel Tejeda, historiadora del arte y comisaria de exposiciones, se centra en su vertiente efímera y participativa, aspecto por el que denomina al artista 'maestro de ceremonias' y 'artista de lo efímero. El historiador del arte Marc Dachy repasa el contexto histórico-artístico en el que comenzó la producción de Miralda, a finales de los sesenta y principios de los setenta. Celeste Olalquiaga, investigadora y crítica de arte, profundiza en la 'cocina miraldiana'. Por último, la historiadora del arte Cecilia Novero esboza reflexiones sobre las 'situaciones' alimentarias del artista en 'Miralda: volver las tornas'.
El Palacio de Velázquez, después de un periodo de cierre debido a reformas acometidas en el edificio, abre sus puertas al público, con una exposición dedicada al artista Antoni Miralda. La muestra, que ha sido comisariada por Daniela Tilkin, consistirá en un recorrido por la trayectoria artística de Miralda, desde los primeros dibujos y fotografías de 1965, pasando por una selección de documentos, dibujos preparatorios, fotografías, esculturas/monumentos y objetos, hasta proyecciones de películas e instalaciones con montajes fotográficos.
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