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Descripción del Artista
Meditar sobre la obra de Sanja Ivekovic (Zagreb, 1949) acarrea importantes consecuencias. Al recorrer e indagar en una trayectoria que se inició a principio de los años setenta en la antigua Yugoslavia, momento en que emergen movimientos alternativos a la cultura oficial como Nova Umjetnička Praksa (Nuevas prácticas artísticas), uno ha de zambullirse necesariamente en un capítulo fundamental de la historia del siglo pasado. Y al hacerlo plantearse preguntas sobre las diferencias sociales, económicas y culturales entre el régimen socialista que se implantó en un país, que ya no existe, y la realidad actual del capitalismo neoliberal. En ese sentido, se puede afirmar que la lógica que preside gran parte de las propuestas de Sanja Ivekovic parte de un conocimiento situado, es decir de un análisis efectuado a partir del estudio de la realidad más cercana, local. Y lo hace mediante el procedimiento comparativo de evocar el ayer para sondear sus huellas y su pervivencia en el presente o los cambios que se hayan podido producir en la actualidad.
Además, el recorrido artístico y el pensamiento de Ivekovic conlleva, y esta es una aportación de gran alcance, una lectura crítica, es decir feminista, por un lado de las vidas de las mujeres en diferentes momentos y por otro de las imágenes sobre las mujeres producidas por las industrias culturales y publicitarias: en ambas esferas se puede constatar el largo brazo modelador de comportamientos de la sociedad patriarcal. Por si fuera poco, Ivekovic se sitúa en el magma de su propio trabajo en primera persona, siendo ella asimismo la protagonista de algunos vídeos y performances.
El trabajo de Ivekovic obliga a hurgar en el pasado para conocer sus implicaciones y su impacto pero lo hace desde la conciencia de que el mundo de hoy está inmerso en las imposiciones del mercantilismo neoliberal. Cualquier individuo, aunque no todos estén situados en la misma escala o nivel social y algunos privilegiados incluso la alaben y de ella se aprovechen, puede notar el zarpazo de lo que los intelectuales franceses Christian Laval y Pierre Dardot han llamado “La nueva razón del mundo”[1]. Para alguien como Sanja Ivekovic que ha vivido varias décadas bajo un sistema socialista y también la transición al capitalismo basado en la privatización y en la disminución de lo público en beneficio de lo privado, subrayar el valor de lo común es prioritario.
Para esta exposición en Valencia titulada What Do Women Want? Before and After, sin ánimo de resultar exhaustiva, Ivekovic atraviesa la Historia de su país con mayúsculas pero también lo surca desde una perspectiva que subraya el planteamiento feminista de que lo personal es político. Esto se puede observar con meridiana claridad en el vídeo Pines and Fir Trees. Women´s Memories of Socialism. Realizado en 2002 este trabajo plantea desde una mirada documental un análisis, centrado en los testimonios de unas mujeres, de cómo fueron las experiencias del colectivo femenino bajo el socialismo que surgió de la segunda guerra mundial tras la victoria de los partidarios de Tito.
Este proyecto abarca los distintos periodos por los que pasó Yugoslavia desde los años de la guerra, pasando por el tiempo de las nacionalizaciones emprendidas por el estado y la redistribución de bienes, sin olvidar hechos como las celebraciones del primero de mayo o del 8 de marzo, así como el papel desempeñado por las brigadas de trabajo, la vida en el matrimonio, la importancia de la sanidad pública... El documental recoge las voces de cinco mujeres con formas de pensar diferentes y con estatus sociales también diferentes. Sus relatos se entremezclan con pasajes procedentes de reportajes y noticieros de la televisión yugoslava. Y aunque en la parte final del mismo la valoración de las entrevistadas respecto a la contribución del socialismo es globalmente positiva apreciando la camaradería, el buen nivel de la sanidad pública gratuita, así como el orden percibido en el comportamiento de la juventud o la existencia de bajas por maternidad, este vídeo aborda también asuntos peliagudos que dan a entender de la existencia de centros de detención como Goli Otoko. Allí se reeducó a personas que disentían del gobierno de Tito, muchas de las cuales recibieron un trato violento. Por otro lado la divisoria de género está también presente en un régimen que proclamó la igualdad entre hombres y mujeres en la constitución de 1946 pero en el que se otorgaba en la práctica un papel prominente a los varones.
El vídeo dimana de un proyecto de investigación iniciado en 1999 por un grupo de científicas, profesoras y estudiantes del Centro para los estudios de las mujeres en Zagreb.
En su afán por rescatar el legado de las mujeres a lo largo de la historia de su país y particularmente en el periodo de transformaciones que trajo el socialismo, Ivekovic concibió The Right One (The Pearls of the Revolution), 2007-2011. Se trata de un políptico de diez fotos intervenidas dispuestas en dos hileras. En las imágenes se ve el mismo rostro en color de una mujer maquillada que apoya el puño en la cabeza a la par que sujeta un collar de perlas. El ojo izquierdo –no es casualidad la elección de ese lado de la cara- de la modelo está tapado por una foto en blanco y negro que muestra a dos partisanas. La artista parece interrogar al espectador con la paradoja de jugar con imágenes de mujeres de tiempos distintos y con posiciones ideológicas opuestas. Además, la modelo ejecuta un gesto (el del puño en la cabeza) que no encaja con el contexto reciente del que procede esta imagen claramente publicitaria pues el gesto remite a un signo de la izquierda española y europea de los años treinta. De algún modo esta obra parece invitarnos a explorar el pasado para identificar cuál era la posición correcta del puño en tiempos de revolución pues las fotos en color ofrecen distintas posturas o colocaciones de la mano.
Otra de las obras expuestas en Valencia presenta una comparativa de un mismo lugar en Zagreb cuya apariencia y función ha cambiado en el proceso sufrido por su país que abandonó el socialismo para abrazar el capitalismo. Se trata de Lost and Found (2001-2004), una obra prevista a modo de proyección de diapositivas que se presenta aquí en un monitor con el que se acentúa la idea de paso de tiempo y de sucesión. Muchas empresas y tiendas que fueron nacionalizadas bajo el socialismo fueron privatizadas de nuevo de modo que los nombres empleados en el pasado tales como Orgullo, Progreso, Solidaridad, Libertad, Hermandad han sido sustituidos por otros de marcas o centros comerciales como Benetton, Gas, Core. No se trata por tanto de un simple cambio de nomenclatura sino de una transformación sustancial en los modos de vida implantados por el capitalismo neoliberal que ha ido acompañado de un aumento en la precarización del empleo y de indiferencia hacia los desfavorecidos en los tiempos actuales.
El interés por la historia y las distintas interpretaciones que de ella rezuman palpita en otra de las propuestas de Ivekovic. Me refiero a Lady Rosa of Luxembourg, 2001, un proyecto sumamente controvertido[2] que nació de la existencia en la capital del Gran Ducado de Luxemburgo de un monumento conmemorativo de la primera guerra mundial, concretamente la figura femenina de una victoria conocida como Gëlle Fra (Dama dorada) que se erigió en 1923 para recordar a los soldados muertos de la citada contienda. Destruido posteriormente por los nazis fue erguido de nuevo en 1985; en ese año se le añadió un pedestal con los nombres de las batallas en que particiaron los luxemburgueses en la segunda guerra mundial y en la guerra de Corea. Huelga decir que se trata de un monumento de especial valor simbólico. Con enorme audacia Ivekovic hizo levantar una réplica pero efectuando algunos cambios sustanciales: la figura femenina aparecía embarazada, y por tanto, desprovista de su halo simbólico, abstracto que se había tornado en palpable y real. Amén de esto, alrededor de la peana del monumento dispuso unos carteles con textos en inglés, francés y alemán. Algunos de los términos aludían a estereotipos construidos culturalmente sobre las mujeres (bitch, whore, madonna, virgin); otros (résistance, liberté, indépendance, justice) conllevaban un valor político muy distinto al carácter masculino y heroico del monumento a los caídos y finalmente otras palabras más (Kultur, Kitsch, Kapital) se referían al valor estético de la obra y a su función económica.
Provista de un bagaje feminista que ha ido crecienco con el paso de los años Ivekovic se ha expuesto en primera persona en su propia obra. En una de sus piezas más conocidas Instructions # 1, 1976, se somete a una sesión de embellecimiento. Sin embargo, en una línea coincidente a la emprendida por artistas como Eleanor Antin y Ewa Partum, lo que está llevando a cabo es una operación de cuestionamiento de la obligación social de llevar maquillaje para ser mujer. Así, tras dibujar en su rostro y cuello con tinta una serie de líneas con flecha o diagramas usa sus manos para masajear su piel haciendo desaparecer los dibujos mientras que el rostro adquiría un tono oscuro. El resultado es contrario a la visión edulcorada de la belleza femenina.
Muchos años después decide grabar otro vídeo, titulado en este caso Instructions # 2, 2015. ¿Qué había cambiado? Hay algunos detalles menores como el uso de un lápiz frente al pincel de los setenta, pero sin duda se desprenden unas conclusiones de mayor transcendencia: pese a la décadas transcurridas la presión cultural por seguir haciendo de las mujeres presas de las normas de belleza imperantes y de las imposiciones de la cosmética no ha desaparecido sino que más bien se ha acrecentado.
Siguiendo en este discurso del antes y el ahora –iniciado con su obra fundacional Before-After, 1976, Ivekovic decidió también recrear – en un acto de reenactment- la acción trascurrida en 1979 titulada Triangle. En aquella ocasión la artista se hizo fotografiar en su balcón de su apartamento de Zagreb donde bebió whisky, leyó un libro e hizo gestos masturbatorios, todo ello coincidiendo con la presencia del presidente Tito a la ciudad, arriesgándose como así sucedió a la visita de un policía que exigió que abandonara el balcón junto a los objetos usados. En 2005 el contexto era otro. En este caso la visita era de los quince presidentes de los estados europeos a la Cumbre Croata. Las medidas de seguridad adoptadas eran máximas –el uso de móviles estaba prohibido- de ahí que los intentos de Ivekovic de llamar al Ministerio de asuntos exteriores, a la comisaría de policía de la zona, al presidente croata y al Parlamento croata para anunciarles la performance se vieron frustrados. Una de las fotos muestra a la artista con un móvil en la mano mientras sujeta un periódico, contraviniendo de algún modo las normas impuestas.
Finalmente la exposición se cierra con una pieza formada por veintidos collages de imágenes y documentos: On Witches (isn´t she too old for this?), 2013. La disposición sigue el siguiente orden: un dibujo a la izquierda y una foto a la derecha: A la izquierda están las reproducciones de dibujos y grabados medievales en las que las brujas[3] son vistas de forma demoniaca como viejas grotescas; a la derecha en cambio Ivekovic ha escogido fotografías de todo tipo con una característica común: se trata de mujeres que se revuelven frente a lo establecido, que aparecen empoderadas en su proteica diversidad; entre ellas destacan las de Carolee Schneemann en Interior Scroll, las de manifestantes en la calle, la de una pareja de mujeres mayores expresando su amor o una protesta en la que se pide la liberación de prisioneros políticos palestinos, entre otras. Además emerge también de esta propuesta el acento puesto en la labor que las mujeres que ya no están en su juventud desempeñan en las luchas colectivas.
Esta pieza condensa gran parte del acervo de ideas con que trabaja Sanja Ivekovic y que queda patente en esta exposición: el ayer de la caza de brujas y el desprecio al saber comunal y compartido de quienes eran sanadoras y transmisoras de conocimiento, y el hoy en el que, pese al machismo hegemónico, las mujeres demuestran su rebeldía ante la subordinación en la que las ha situado la historia del patriarcado y del capitalismo.
Juan Vicente Aliaga
Universitat Politècnica de València
Cortesía de la Galería Espaivisor (Valencia)
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