Entrevistas 28 nov de 2014
por Dora Román Gil
F. Javier Bravo
"Hemos abierto Sociedad Anónima porque somos conscientes de las quejas que hay en el terreno del arte contemporáneo en España y con el convencimiento de que podremos encontrar alguna solución a la insatisfacción general que se percibe", señala el galerista.
"Resulta curioso que el término 'aficionado', que es muy valorado en otros campos, en el mundo del arte se ha convertido en una palabra despectiva", denuncia F. Javier Bravo.
En un momento en que son más, muchas más, las galerías que cierran en España que las que abren, F. Javier Bravo, abogado -"quien viene manteniendo desde hace décadas, estrechas relaciones personales y profesionales en el mundo del arte contemporáneo español y europeo", se explica en su web- abrió, en octubre y en Madrid, Sociedad Anónima, Galería de Arte contemporáneo europeo, en clara alusión a la Société Anonyme Inc, constituida en 1920 por Marcel Duchamp y Man Ray, entre otros, para la promoción del arte contemporáneo en Norteamérica por medio de conferencias, publicaciones y exposiciones ambulantes. Esta imitación del nombre, reivindicada desde la página web de la nueva galería, parece tener voluntad de extenderse a todo lo que la Société Anonyme de Duchamp significó hasta llegar a organizar más de ochenta exposiciones entre 1920 y 1940. No otro parece ser el objetivo de F. Javier Bravo, que ha conversado con nuestra colaboradora Dora Román y cuya entrevista transcribimos a continuación:
ARTEINFORMADO (AI): Acaban de abrir Sociedad Anónima con idea de desarrollar un tipo de galería diferente ¿Cual es su proyecto y por qué en este momento?
Javier Bravo (JB): No es algo repentino; llevo mucho tiempo en el mundo del arte asesorando a artistas y galerías y tenía en mente abrir un espacio propio con idea de modificar determinados aspectos del mundo galerístico actual. Y este piso, en el número 15 de la Gran Vía de Madrid, que cuenta con dos salas de exposiciones, una biblioteca, una tienda y un gran hall de entrada, es un espacio que permite hacer otro tipo de proyecto, un proyecto propio en el que se puedan conjugar exposiciones, presentaciones de libros de artista, conferencias, consulta de catálogos artísticos y venta de ediciones propias de obra gráfica.
Quería abrir un espacio con idea de modificar aspectos del mundo galerístico actual
Estamos convencidos de que uno de los problemas del arte contemporáneo en España es que el mundo del arte está encapsulado sobre sí mismo. Están los galeristas, los muy aficionados, los que tenemos vinculación con el arte, las personas que viven del arte y un grupo de coleccionistas que, paradójicamente, luego tampoco salen del mundo del arte. En este país la categoría de coleccionista se ha convertido más en sustantivo que en adjetivo, es decir, la gente parece no ser otra cosa que coleccionista, y curiosamente, aunque sean los que salvan el arte también contribuyen a su permanente endogamia. Lo que buscamos es arte para la sociedad, entendiendo que hay que ser exquisito para apreciar el arte pero no para apalancarse en él.
Hemos abierto Sociedad Anónima porque somos conscientes de las quejas que hay en el terreno del arte contemporáneo en España y con el convencimiento de que podremos encontrar alguna solución a la insatisfacción general que se percibe.
AI: ¿Cual es la finalidad de crear un club de socios?
JB: No se trata de un club cerrado, sino de un espacio abierto, y el simple hecho de venir aquí una persona ya la convierte en socio; no hay ninguna contraprestación, ni hay que pagar, ni obligarse a nada, les llamamos socios como podríamos llamarles amigos.
Evidentemente la persona a la que queremos vender arte tiene que tener una cierta capacidad económica, y nosotros le tenemos que quitar tanto el miedo como los prejuicios hacia las galerías, producidos a veces por ignorar el funcionamiento del mundo artístico. Nuestro propósito es encontrar el mayor número de personas que sean capaces de gastar al menos diez mil euros en obras de arte y el club sería el lugar donde reunirlas, aunque aún no sabemos quienes son y tenemos que buscarlas.
Mucha gente estaría encantada de aprender arte contemporáneo; la idea es hacer cursos que iremos desarrollando dirigidos a futuros aficionados, a los que queremos educar para que entren en este mundo y compren arte; no se trata tanto de ir a buscarlos, sino de generarlos.
Resulta curioso que el término "aficionado" que es muy valorado en otros campos, en el mundo del arte se ha convertido en una palabra despectiva, aunque en inglés es sinónima de otra tan bella como "enthusiast".
Para vincularlos más con el club les vamos a regalar un cuaderno de anillas donde podrán guardar la hoja de galería de cada exposición que, perforada, les haremos llegar para que la puedan colocar fácilmente. Será un modo de que puedan tener a la vista una referencia de Sociedad Anónima que también verán sus círculos de amistades y que hará que nos vayan dando a conocer entre ellos.
AI: ¿En qué van a consistir los cursos?
JB: Nuestra idea es traerlos los sábados; acabamos de comenzar con una labor de acercamiento y tras un "Desayuno con el Arte" en la galería, al que asistieron veintidós personas, se hizo una primera charla, que no fue dada por un crítico sino por mi personalmente, con un lenguaje fácil de entender, dirigida a gente que no tiene una base en historia del arte, explicándoles dónde estamos en arte contemporáneo y haciéndoles ver la importancia de una performance o lo que puede haber detrás de un dibujo que pueda parecer infantil. Posteriormente Alfonso Galván les hizo un recorrido de treinta minutos por su exposición y resultó un éxito, por lo que estamos muy contentos.
Iremos exponiendo también las características de algunos movimientos y cómo se pasó de unos a otros, ayudados por alguna proyección, introduciendo anécdotas y revelando algunas "trampillas" que se han producido en el arte contemporáneo.
Puntualmente también vendrá algún crítico, comisario o coleccionista que nos dé charlas a todos y otras veces será el propio artista quien les pasee por la exposición y les explique su obra.
Y finalmente trataremos de poner a su alcance obras que les emocionen y si se deciden por ellas podemos incluso facilitarles la compra a plazos. E incluso, si quieren ser frívolos, convencerles de que el arte también puede servirles si regalan una obra de arte de las que tenemos en la tienda.
Tampoco descartamos la posibilidad de acercarnos algún día a otras galerías cercanas para hablar con sus galeristas y crear así otros lazos que nos vendrán bien a todos.
AI: ¿Cuando estarán en marcha las distintas actividades?
JB: Cuando inauguremos la exposición siguiente, que será la presentación de todos los artistas de la galería. Las actividades van a ser abiertas y se darán conferencias y charlas enfocadas a los perfiles de interés de los asistentes que quieran implicarse. Y también estamos contactando con expertos en teoría del arte y estética para hacer presentaciones de libros.
AI: ¿Tienen pensado editar obra?
JB: Sí, tenemos pensado editar libros de artista, pero es un proceso que no comenzará hasta que arranquen los cursos. Tenemos mucha ilusión con este proyecto: nos encontramos en la fase de establecer convenios con centros punteros en edición y documentación y de localizar comisarios con experiencia en este tipo de obra que elijan a artistas para que hagamos la edición.
Buscamos un coleccionista al que enseñaremos a ser mecenas
En este caso se trata de buscar un tipo de coleccionista al que enseñaríamos a ser mecenas, que no compre el producto hecho sino que se involucrare en el proyecto desde el principio. Una vez que tengamos un número de afiliaciones, probablemente cincuenta, editaremos el libro y el día que se les entregue, el comisario dará un curso sobre historia del libro de artista, mientras que el propio artista impartirá un taller sobre cómo se ha hecho la edición.
AI: ¿La biblioteca será de consulta abierta o sólo para socios?
JB: Cualquier persona relacionada con el arte podrá consultar nuestros fondos. Algunos amigos nos están dejando ejemplares y contaremos también con catálogos de bienales y exposiciones internacionales que únicamente se podrían consultar en la biblioteca del Reina Sofía.
AI: Para la primera exposición han elegido a Alfonso Galván (Madrid 1945), un pintor que si bien ganó algunos premios en la década de los ochenta y trabajó regularmente en los noventa, ahora llevaba varios años desaparecido de la escena expositiva ¿Por qué comenzar con este artista?
JB: Nosotros queremos vender arte de artistas que sean consecuentes en su trabajo y de los que respondamos, y esto no podemos hacerlo con artistas de los que no conocemos su trayectoria o su integridad. Creo que la sociedad vive en una contradicción permanente, contradicción que es mucho más grave en el mundo del arte y vamos a intentar que nuestros artistas no se contradigan o se contradigan lo menos posible.
Pensamos inaugurar con un artista maduro, que tuviera obra suficiente para exponer y que fuera emblemático. Después de las opciones de Juan Ugalde y Pilar Albarracín, que ya estaban comprometidos con otras galerías, vimos un reportaje sobre el cuadro "Creced y multiplicaos", de Alfonso Galván, que nos llamó mucho la atención y nos entusiasmó cuando fuimos a verle.
Galván es un hombre de planteamiento honesto de los pies a la cabeza, algo casi milagroso en el arte de hoy, un hombre de sólidos principios e ideas que ha ido evolucionando intelectualmente hasta llegar al taoísmo como derivación espiritual. Es la respuesta honesta a esta sociedad que hemos hecho y por ello ha podido pintar el políptico que se puede contemplar en una de las salas, un cuadro que pone de manifiesto la soledad más absoluta y donde la única referencia al ser humano es una hoguera más propia del hombre primitivo que del actual: el mundo se ha hundido y ese cuadro va a ser histórico porque representa el final del siglo XX. Me gustaría contar su ejemplo cuando demos los cursos para que la gente entienda que un artista es una máquina de hacer arte y si le dejas en paz seguirá haciendo arte continuamente, y en esta situación se hizo este cuadro.
AI: Todos sus representados son españoles y, excepto Elena Blasco (1950), los demás pertenecen a una misma generación: Carlos Schwartz (Tenerife, 1966) Sofía Jack (Madrid, 1969), Juan del Junco (Cádiz 1972), Julio Galeote (Madrid, 1977), ¿Cómo tienen pensado ampliar su nómina de artistas?
JB: Queremos que nuestra nómina esté formada un tercio por jóvenes muy jóvenes, otro por pintores maduros y una tercera parte por senior. No todos serán españoles, pensamos traer a algunos extranjeros con los que hemos hablado y nos han autorizado ya a vender su obra, aunque oficialmente aún no sean artistas de la galería. El núcleo gordiano de nuestros autores es de los nacidos en los años sesenta-setenta y con ellos vamos a hacer los mayores esfuerzos para que en unos años puedan estar lanzados internacionalmente.
Como galeristas tenemos una responsabilidad con los clientes pero también con nuestros artistas, ya que además de impulsar su carrera tenemos que conseguir que ganen dinero, así que desde la tienda intentaremos vender obra pequeña de aquellos que vayan a tardar un tiempo en exponer y estén pasando por un momento de apuro. En la tienda además, la gente que no pueda gastar quince mil euros podrá gastar cien, mil o quinientos y así poco a poco podrá entrar en el mundo del arte.
Tenemos que conseguir que (los artistas) ganen dinero
Vincularemos a nuestros artistas con contratos de diferente duración; a los de media edad les haremos contratos de seis o siete años y nos comprometeremos a hacerles en ese tiempo tres exposiciones. Esta duración no nos atrevemos a proponérsela a los más mayores ni tampoco queremos comprometernos tanto tiempo con los jóvenes, a los que haremos contratos cortos, de tres años, que podremos prorrogarles hasta los siete años en caso de conformidad por ambas partes.
AI: ¿En qué ferias les gustaría participar?
JB: Me gustaría estar presente en Frieze, Basel y Artísima y, probablemente, para el próximo año podamos estar en Arco.
Probablemente, para el próximo año podamos estar en ARCO
Creo que no tiene sentido que los cuadros viajen a las ferias cuando el coleccionista puede informarse en internet y comprar en subastas. Tenemos que reflexionar en voz alta y aquí lo vamos a hacer; lo razonable sería que cada uno se hiciera la pregunta de qué tipo de colección quiere tener y la enfocara en ese sentido en lugar de comprar a ciegas de autores sobre los que nada sabe o solamente porque tienen un nombre, una marca. Y en ese sentido trataremos de orientar a la gente.
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