La Galería Cristóbal Bejarano inaugura el día 8 de abril de 2011 una muestra de pinturas del artista Joaquín González (Quino), artista natural de Mérida y que reside en Sevilla donde estudió en la Escuela de Artes Aplicadas y en la de Bellas Artes, especializándose en las diversas técnicas del grabado. Ha colaborado en proyectos de restauración en iglesias, casas-palacios y otros edificios de Sevilla. En 1984 es nombrado miembro de la Academia Europea de las Artes. Ha obtenido importantes premios como la Medalla de Bronce en la Exposición Internacional de Bruselas de la Academia Europea de las Artes (1985). En este mismo año, Mención Honorífica en la Exposición Internacional de París. También ha realizado trabajos como diseñador gráfico. Ha realizado exposiciones individuales en galerías y salas de arte de Sevilla, Badajoz, Madrid y Málaga. Ha participado en múltiples exposiciones colectivas y en ferias de arte como Arte ... Sevilla, Estampa y Dearte en Madrid.

La exposición que ahora presenta, con el título de 'GEOMETRÍA ALTERNATIVA', se compone de un conjunto pinturas recientes en las que podemos ver casas, naves, pequeñas ciudades, construcciones en las que siempre aparece una línea de horizonte, obras muy simplificadas y geometrizadas. Joaquín González (Quino) es un artista de una amplia trayectoria que ha ido evolucionando desde una obra de un marcado carácter expresionista hasta la actual en la que prescinde de anécdotas y nos sitúa ante unas construcciones y unos espacios caracterizados por la geometría y cargados de resonancias neometafísicas. Dentro de esta misma serie podemos apreciar una evolución desde obras más ricas de texturas y de colores más sombríos, todavía con ecos de su época más expresiva, hasta obras que se fundamentan en una estructuración geométrica más severa, unas superficies entrelazadas en las que se prescinde de las texturas matéricas, por un uso del color más rico, contrastado, y con el que consigue equilibrar, armonizar y llenar de serenidad y misterio sus composiciones.

Rafael Cerdá

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A finales de los años sesenta y principios de los setenta del siglo XX, Joaquín González (Quino) realizó una serie de obras, la mayoría collografías técnicas, en las que resolvió perspectivas urbanas o semi rurales mediante planos geométricos sintéticos y relacionados mediante superposiciones y yuxtaposiciones, con las que inició un planteamiento alternativo en la pintura de su tiempo.

Esas geometrías aportaron relaciones inéditas en las que incidieron factores impropios de la pintura; mas asociados a ella, como el orden, la quietud, el silencio.

El desarrollo de los distintos tipos de informalismos en ese momento y de las nuevas figuraciones matéricas, simbólicas y postmodernas de las décadas siguientes, tendencias en las que de un modo u otro participó, lo apartaron momentáneamente de ese camino iniciado en solitario, sin los estímulos de una tendencia o el amparo de las modas.

Pasado el tiempo, con la distancia que proporciona el conocimiento, en este caso del medio pictórico, Quino retomó los argumentos de las geometrías propias, y ya a inicios del nuevo siglo, desarrolló tales conceptos en una apreciable serie de óleos y técnicas mixtas sobre lienzos de mediano y gran formato. La vigencia de los planteamientos y la actualización del lenguaje expresivo las convierten en una de las aportaciones más personales y elevadas desde el punto de vista intelectual de la pintura española actual.

Las viejas texturas de las collografías, auténticos bajorrelieves con maderas ensambladas y materias orgánicas que proporcionan complejas y densas superficies, tienen ahora correspondencia en sutiles tratamientos de los planos que, simplificados, mínimos, tanto en la acotación superficial como en su naturaleza física, significan mediante las relaciones de conjunto establecidas. La reducción del color es pareja y la intensidad de la luz, determinante, un aliado imprescindible para mantener la referencia mínima necesaria con la realidad visual.

En definitiva, esta Geometría alternativa es la obra de un artista maduro y creativo, que inició una línea propia e inédita en el arte de su tiempo, como sucede con la buena pintura, con el arte verdadero, capaz de resistir el paso de las décadas y las mentalidades que lo generaron y de proyectarse de nuevo, con fuerte ímpetu, en la esfera intelectiva del arte actual. Así, Quino se presenta como una referencia indiscutible, como un artista con personalidad y criterios propios, imitados ya por jóvenes artistas interesados en la elevación del alma mediante la pintura.

Andrés Luque Teruel

Profesor Titular de Historia del Arte Universidad de Sevilla.